Reflujo ácido: ¿Cuándo debo hablar con mi proveedor?

Es muy probable que ya estés familiarizado con el reflujo ácido y sepas lo que se siente: una sensación de ardor en la garganta, seguida de un sabor amargo en la parte posterior de la boca. Más de 60 millones de americanos experimentan reflujo ácido (también conocido como acidez gástrica, regurgitación ácida o reflujo gastroesofágico) al menos una vez al mes y raramente representa un peligro para tu salud. Sin embargo, si experimentas reflujo ácido recurrente, es posible que tengas una afección más grave conocida como enfermedad por reflujo gastroesofágico (gastroesophageal reflux disease, GERD). La GERD es un reflujo ácido leve que ocurre al menos dos veces por semana, o un reflujo ácido moderado a grave que ocurre al menos una vez a la semana.

El reflujo ácido ocurre cuando el contenido de tu estómago sube por tu tracto digestivo hacia tu esófago. Con la GERD, la frecuencia o gravedad del reflujo ácido puede causar dolores en el pecho, síntomas de regurgitación, dificultad para tragar e inflamación o úlceras del esófago. La tos crónica o la interrupción del sueño también pueden ser señales de reflujo ácido nocturno. Con el tiempo, la GERD crónica puede resultar en complicaciones como el estrechamiento del esófago, úlceras y una afección conocida como esófago de Barrett, que puede provocar cáncer de esófago si no se trata durante un período prolongado.

Si experimentas reflujo ácido con frecuencia, es probable que tu médico recomiende cambios en tus hábitos diarios, como evitar el alcohol, el café y las comidas abundantes o grasosas. También puede ser necesaria una endoscopía alta para evaluar más a fondo tus síntomas y determinar la terapia antiácida adecuada para ti.

El reflujo ácido frecuente puede crear problemas de salud graves en el futuro si no es controlado. Si crees que puedes tener GERD,  agenda hoy mismo una cita con tu proveedor de atención primaria o gastroenterólogo.