Reducir el desperdicio de alimentos puede resultar rentable y formar parte de un estilo de vida amigable con el medioambiente. Se trata de una parte esencial de la planificación de las comidas y debe tenerse en cuenta al promover opciones de alimentos saludables. A continuación algunos consejos para ayudar a reducir el desperdicio de alimentos y aprovechar mejor tu presupuesto de comestibles.
Prepara una lista de compras. Elige al menos 2 a 3 recetas que planees preparar en la semana y elabora una lista de compras basada en esas recetas.
Compra fresco y congelado. Lo fresco siempre es mejor, pero lo congelado dura más y puede ser fundamental si hay grandes brechas entre las compras de comestibles. Esto a menudo también puede resultar más rentable.
Descongela los alimentos de manera oportuna. Planifica tus comidas con anticipación y descongela solo los alimentos que planeas usar en los próximos días. Una vez que se descongelan los productos de proteína, deben usarse dentro de aproximadamente 2 días.
Cuenta con alimentos enlatados a mano. Los alimentos enlatados son rentables y convenientes porque son de larga duración. Los frijoles enlatados y otras verduras enlatadas siguen siendo una excelente opción; solo enjuaga bien para eliminar la mayor parte del sodio.
Organiza tu refrigerador. Guarda los alimentos más antiguos hacia el frente del refrigerador para comerlos primero y realiza un inventario regular verificando la fecha de vencimiento de los alimentos.
Sé creativo con las sobras. Readapta comidas anteriores para hacer comidas nuevas. Por ejemplo, se puede agregar un trozo de pollo o pescado cocido a un plato de pasta, un guiso o incluso a un sándwich para crear comidas nuevas.
Practica el control de porciones. Ten en cuenta las porciones y, si es necesario, mide los alimentos con tazas y cucharas para proporcionar tamaños adecuados que satisfagan tus necesidades nutricionales.
