Los padres saben que sus hijos pueden obtener varios beneficios al participar en los deportes juveniles, como por ejemplo, mejora de las habilidades motrices y sociales, mejora de la visión y disminución del riesgo de obesidad, solo por nombrar algunos. Sin embargo, también saben que la práctica de deportes puede exponer a los niños al riesgo de lesiones. Afortunadamente, puedes reducir ese riesgo para tus hijos siguiendo estas estrategias:
- Comunicándote abiertamente: Debes entablar un diálogo abierto con los entrenadores de tus hijos a lo largo de la temporada deportiva. Es especialmente importante que los entrenadores estén al tanto del historial médico de tu hijo o de cualquier afección al comienzo de la temporada. También debes alentar a tu hijo a que se comunique contigo y con sus entrenadores; es más probable que los niños informen de sus lesiones o preocupaciones si se sienten cómodos hablando con los adultos presentes.
- Manteniéndote al día con exámenes físicos anuales: La mayoría de los programas deportivos recreativos (pero no todos) requieren que los niños se hagan exámenes físicos antes de poder participar. Aunque no sea un requisito del programa de tu hijo, sería una buena idea que le hagan un chequeo antes de que comience la temporada para asegurarte de que no esté en riesgo de sufrir ninguna lesión o enfermedad específica.
- Fomentando hábitos saludables: Habla con los entrenadores de tus hijos para ayudarlos a evitar lesiones relacionadas con los deportes y otros problemas de salud, asegurándote de que desarrollen hábitos saludables como hacer estiramientos antes de cada juego o práctica y mantenerse hidratado.