Aquellos de nosotros que vivimos en el área de la ciudad de Nueva York ya hemos experimentado la mala calidad del aire causada por el humo del fuego forestal que comenzó a invadir nuestros cielos el pasado junio. Se prevé que los incendios forestales en Canadá continuarán durante algún tiempo, por lo que seguiremos teniendo problemas constantes de calidad del aire durante todo el verano. Como neumólogo y director médico sénior de AdvantageCare Physicians, quiero asegurarme de que tú y todos los residentes del área de Nueva York comprendan los riesgos de salud de la mala calidad del aire y los pasos que pueden tomar para reducir estos riesgos.
¿Cómo sé si la calidad del aire no es saludable?
Aunque la reciente contaminación del aire en el área de Nueva York era claramente visible y volvió el cielo rojo, la mala calidad del aire no suele ser tan obvia. Verás más noticias sobre el índice de calidad del aire (AQI), que mide la contaminación del aire en una escala del 0 al 500 y clasifica los riesgos de salud en seis categorías, cada una con un color asignado.
- 0 a 50 (verde) – Buena
- 51 a 100 (amarillo) – Moderada
- 101 a 150 (naranja) – No saludable para grupos sensibles
- 151 a 200 (rojo) – No saludable
- 201 a 300 (morado) – Muy poco saludable
- 301 a 500 (granate) – Peligrosa
¿Cuáles son los efectos en la salud de una mala calidad del aire?
La exposición a aire de mala calidad puede causar irritación de los ojos, la nariz, la garganta o los pulmones. También puedes experimentar fatiga, dolores de cabeza, tos, sibilancias o dificultad para respirar. En los casos más graves, las personas con ciertas afecciones preexistentes pueden estar en riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular o cáncer de pulmón. Si tú o alguien que conoces está experimentando estos síntomas, comunícate con tu médico.
¿Quiénes son más vulnerables a la mala calidad del aire?
Aunque la mala calidad del aire puede afectar a cualquier persona, tener una afección pulmonar preexistente u otra afección médica puede ponerte en mayor riesgo de tener dificultades respiratorias y otros problemas, especialmente en el caso de los niños, las personas mayores y las embarazadas. Las afecciones que pueden ponerte en alto riesgo incluyen las siguientes:
- Asma
- Enfermedades del corazón
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Inmunodeficiencia, como VIH/SIDA
¿Cómo puedes mantenerte a ti y a tu familia a salvo?
Hay medidas sencillas que puedes tomar para reducir el riesgo de complicaciones o síntomas de salud por la exposición a la mala calidad del aire:
- Permanece en el interior y cancela o pospón las actividades innecesarias al aire libre.
- Cierra todas las puertas y ventanas.
- Utiliza purificadores/filtros de aire o haz funcionar tu unidad de aire acondicionado con un filtro limpio.
- Si tienes una unidad de aire acondicionado para ventanas, séllala lo más herméticamente posible. Pon en marcha el aire acondicionado en modo de recirculación para que no ingrese el aire desde el exterior.
- Evita usar ventiladores de baño y campanas extractoras para cocina, ya que a veces pueden ingresar aire del exterior.
- Si debes viajar, limita el tiempo al aire libre y usa una mascarilla. Las mascarillas N95 proporcionan la mejor protección contra los contaminantes del aire. Si tienes un inhalador de rescate, llévalo contigo en todo momento.
- Una vez que la calidad del aire mejore y vuelva a alcanzar niveles saludables, asegúrate de revisar tu filtro de aire. Es probable que tengas que limpiarlo.
Para obtener la información más actualizada sobre la calidad del aire en tu lugar de residencia, visita airnow.gov.